Regreso de la Luz en La Habana

El domingo por la noche, finalmente regresó la luz al barrio de La Habana donde reside Lidia Núñez Gómez, después de haber estado sin electricidad desde la mañana del viernes. Con rapidez, se apresuró a utilizar su cocina eléctrica para preparar los muslos de pollo y la carne de cerdo que su hijo le había enviado desde Estados Unidos. La escasez de alimentos era evidente, y con otro corte de electricidad a la vista, Núñez Gómez, de 81 años, sabía que debía evitar que sus provisiones se echaran a perder.

Su hija, Nilza Valdés Núñez, de 61 años, expresaba su frustración con furia en la voz y lágrimas en los ojos. Reflexionó sobre los meses de apagones y la grave falta de alimentos y gas que enfrentaban. Mientras una tormenta tropical azotaba la costa oriental del país y un apagón de cuatro días sumía a toda la nación en la oscuridad, Valdés Núñez resumió la situación de la siguiente manera: “Malísimamente mal”.

La escasez de luz, la falta de gas, y todos los problemas cotidianos que enfrentan, se convirtieron en una carga emocional abrumadora. Valdés Núñez hizo una pausa para contener el llanto y agregó: “Te ponen mal”. Este duro testimonio refleja la realidad de muchos cubanos que luchan por sobrevivir en un entorno marcado por la carencia y la desesperanza.