Las autoridades ucranianas han mantenido una postura firme en los últimos meses, afirmando que no cederán ningún territorio ocupado por Rusia en el marco de posibles acuerdos de paz. A medida que Ucrania evalúa un posible cronograma acelerado para las negociaciones, impulsado por la reciente elección de Donald Trump como presidente, la nación está otorgando una importancia igual o incluso mayor a la obtención de garantías de seguridad que al delineamiento de una eventual línea de alto al fuego.

Con las fuerzas ucranianas enfrentando una continua pérdida de terreno en la región este del país, dos altos funcionarios han expresado que la defensa de los intereses de Ucrania en las próximas conversaciones no dependerá de los límites territoriales, los cuales probablemente serán definidos por el desarrollo de los combates, sino de la naturaleza y solidez de las garantías que aseguren el mantenimiento de un alto al fuego. Según Roman Kostenko, presidente de la Comisión de Defensa e Inteligencia del Parlamento ucraniano, “Las conversaciones deben basarse en garantías”. Para él, “no hay nada más importante” que asegurar la protección del país.

Un alto funcionario ucraniano, que prefirió permanecer en el anonimato para abordar temas sensibles de negociación, fue aún más directo al afirmar: “La cuestión territorial es extremadamente importante, pero no deja de ser la segunda cuestión”. Este funcionario destacó que “la primera cuestión son las garantías de seguridad”.

Es fundamental señalar que Ucrania establece sus fronteras basándose en su declaración de independencia de 1991. Desde ese momento, Rusia ha logrado apoderarse de aproximadamente el 20 por ciento del territorio ucraniano. Sin embargo, Kostenko subrayó que Kiev no está dispuesto a renunciar formalmente a reclamar ningún territorio que actualmente esté bajo ocupación rusa.