La Revolución del Reciclaje en Bogotá
En un vasto almacén repleto de plásticos, vidrio y periódicos apilados hasta el techo, Sara Samaniego se prepara para recitar las letras de una enérgica canción de rap. Vestida con su distintivo enterizo azul y luciendo trenzas coloridas, Samaniego está grabando un video para sus cientos de miles de seguidores en plataformas como Instagram, TikTok y YouTube.
Pero, ¿qué es lo que ha catapultado a esta joven a la fama internacional? Su temática central: el reciclaje. A través de su estilo vibrante y su personalidad alegre, Sara se ha convertido en la primera influencer del reciclaje en América Latina. Su personaje, Marce la Recicladora, ha logrado captar la atención de una apasionada comunidad de seguidores en la capital colombiana, Bogotá, enseñándoles la importancia de limpiar y clasificar sus desechos de manera adecuada.
Además de ser una figura mediática, el trabajo de Samaniego resalta una problemática social importante: la situación de los recicladores informales. Esta comunidad, que a menudo pasa desapercibida, se esfuerza diariamente para ganarse la vida canjeando materiales reciclables, enfrentándose a múltiples desafíos en su labor.
Bogotá, al igual que muchas otras ciudades en vías de desarrollo, carece de un sistema público que recoja reciclables en un horario regular. En lugar de ello, depende de aproximadamente 26,000 recicladores informales, según Consuelo Ordóñez, directora de la autoridad de servicios públicos de la ciudad. Estos trabajadores son esenciales para el manejo de residuos, y la labor de Samaniego no solo les otorga visibilidad, sino que también promueve un cambio positivo en la forma en que la sociedad percibe y valora el reciclaje.