El Juicio de Gisèle Pelicot: Un Clamor por la Justicia

Como casi todos los días en el tribunal de Aviñón, Francia, el miércoles, Gisèle Pelicot fue recibida con aplausos y vítores por una multitud de personas que la apoyan, en su mayoría mujeres. Este juicio ha capturado la atención de la nación, convirtiéndose en un símbolo de lucha contra la violencia de género y la redefinición de la violación dentro del marco legal.

“No expreso ni mi rabia ni mi vergüenza”, declaró Gisèle al tribunal cuando subió nuevamente al estrado, en un proceso que ha conmocionado a Francia y ha suscitado profundos debates sobre la violencia sexual. “Expreso el deseo de cambiar la sociedad”, añadió con determinación.

Durante semanas, ella permaneció en silencio, observando cómo un acusado tras otro se dirigía a los jueces. En total, 51 hombres están siendo juzgados, la mayoría acusados de violación con agravantes contra Gisèle Pelicot, de 71 años. Según los fiscales, su esposo, de 50 años, la drogó repetidamente y luego la ofreció a otros hombres. Ella, inconsciente durante los actos, ha sufrido graves consecuencias, incluyendo lapsus de memoria, pérdida de cabello y un notable descenso de peso debido a las drogas administradas sin su consentimiento.

Con una voz serena pero firme, Gisèle Pelicot expresó al tribunal el miércoles que escuchar el testimonio de los acusados en las últimas semanas la había hecho sentir nuevamente como una víctima de violación. Sin embargo, a pesar del dolor, también descubrió en sí misma un propósito más elevado.

“Quiero que las víctimas de violaciones se digan: ‘Si Gisèle Pelicot lo hizo, nosotras también podemos’. No quiero que las víctimas sientan vergüenza; son ellos quienes deben sentir vergüenza”, afirmó, refiriéndose a los acusados, en un poderoso mensaje de empoderamiento y solidaridad hacia todas las mujeres que han sufrido en silencio.