Detención del Jefe de Seguridad de Chilpancingo

El recientemente elegido alcalde de Chilpancingo, México, había nombrado a Germán Reyes como la persona encargada de garantizar la seguridad en su ciudad. Sin embargo, el martes pasado, las autoridades mexicanas realizaron la detención de Reyes, un militar retirado y exfiscal, bajo la grave acusación de haber orquestado el brutal asesinato del alcalde, un caso que ha dejado a la nación en estado de shock debido a la alarmante violencia que enfrenta la política local.

El alcalde, Alejandro Arcos Catalán, de 43 años, asumió el cargo en Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero, en el suroeste de México. Sin embargo, su destino se tornó trágico al desaparecer menos de una semana después de su toma de posesión. El 6 de octubre, las autoridades locales hicieron un descubrimiento macabro al encontrar la cabeza del alcalde colocada sobre el capó de una camioneta blanca, mientras que su cuerpo había sido hallado en el asiento delantero del vehículo.

La fiscalía estatal, en un comunicado emitido el martes, anunció la captura de Reyes, de 46 años, quien se desempeñaba como jefe de seguridad de la ciudad. Se le acusa de homicidio con agravantes, indicando que actuó en complicidad con un grupo criminal local para llevar a cabo el secuestro y asesinato del alcalde. Esta situación plantea serias interrogantes sobre la integridad del gobierno municipal y su capacidad para proteger a sus funcionarios.

José Filiberto Velázquez, un sacerdote local y director del centro Minerva Bello, una organización de derechos humanos en Guerrero—uno de los estados más empobrecidos y violentos de México—se pronunció sobre el incidente, afirmando: “El hecho de que el gobierno, al menos a nivel municipal, pueda estar influenciado por un tercero para tomar decisiones de seguridad pública evidencia que el Estado de derecho se encuentra en grave riesgo”.